EL INCREIBLE VIAJE DE VITO DUMAS

Pocas veces la mala suerte se ha cebado con tanta saña en la travesía de un marinero y, aun así, tener un final feliz que pase a los anales de la navegación.

Vito Dumas era un argentino cuya única afición era navegar en solitario: "cuán bella es la vida cuando se la vive en solitario en el mar" declaraba, aun después de su famosa experiencia. Su barco era el Legh II, un queche de 9´50 m.; con él realizó la hazaña más famosa de la navegación en solitario: la primera vuelta al mundo por tres grandes cabos del sur en 1943. Se le llamó "el navegante de las tempestades".

Con ganas de seguir disfrutando del mar partió de Buenos Aires en 1946 para "un pequeño viaje hacia el norte", y gana en una rápida travesía a través de las Antillas hasta La Habana. De allí parte el 2 de junio de 1946 rumbo a Nueva York. Pero una vez ante el puerto americano la corriente le es contraria y el viento nulo; al no llevar motor le resultaba imposible la entrada, "entonces, sin pensarlo dos veces agarré la caña del timón y haciendo girar 180º a mi Legh II, puse sencillamente rumbo a las Azores" a 2100 millas, tan sólo contaba con provisiones para 10 días.

 

"El 14 de julio no quedan más que 80 millas por recorrer para alcanzar la isla de Fayal (Azores), pero de noche, el viento siempre soplando del este incrementa su fuerza, lo que unido a que también aumenta la mar, hace que avance con mucha dificultad. Entonces decido abandonar la escala de las Azores y hago rumbo directamente a la isla de Madeira que se halla a 600 millas más al este." A bordo ya sólo le quedan 10 litros de agua salobre y un poco de harina con la que hace una especie de engrudo.

"Con todo, el 21 de julio, mientras tomo una altura, me doy cuenta de que (...) para alcanzar el puerto de Funchal (capital de Madeira) tengo que recorrer todavía 210 millas siempre ganando a barlovento (contra el viento), lo que no resultará precisamente fácil (...) y cuando pienso además en las millas que tendré que añadir al rumbo directo si tengo que navegar dando bordadas (en zigzag) hasta Madeira, llego a la conclusión de que me resultaría más ventajoso hacer rumbo directo a las Canarias..." Los víveres ya escaseaban y Vito ha adelgazado mucho y está agotado física y mentalmente.

 

El 26 de julio avista el faro del Puerto de la Luz de Gran Canaria, pero de nuevo el viento le es contrario: "una fuerte corriente me hace derivar rápidamente hacia el sur, y cada vez que hago una bordada (giro del zigzag) para intentar acercarme a la escollera ganando barlovento, sigo perdiendo todavía un poco de terreno. Inútil insistir." Mientras la costa se aleja, de nuevo el hambre es atroz y ya se encuentra al límite de sus fuerzas tras navegar casi a la deriva durante 56 dias por el Atlántico norte, ya no tiene ni agua ni víveres.

Al límite de la desesperación se acerca a la ruta de los grandes buques con la esperanza de obtener socorro. Por fin el día 29 logra abastecerse de un carguero, del que obtiene víveres suficientes para alcanzar la isla de Cabo Verde a 700 millas al sur.

El 10 de agosto aparece a la vista la isla de Boa Vista pero: "No sopla ni la más ligera brisa; la única fuerza que empuja al Legh II es la corriente que continúa arrastrándome hacia el sur sin que pueda maniobrar para acercarme a tierra. Algunas horas mas tarde es la isla de Porto Praia la que a su turno aparece en el horizonte por el través. Y el último eslabón de la cadena de rocas ¡se me escapa de las manos!".

 

El resto del viaje hacia el este es una lucha contra el hambre de un hombre reducido a un esqueleto viviente. "Ahora, cada movimiento del Legh II provoca en mi pobre cuerpo un dolor que se une a todos los que he ido cosechando durante mis 106 días de lucha..." Por fin el 17 de agosto consigue ganar el puerto de Ceara en Brasil.


(C) Jaime Padilla Ruiz